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© Rodrigo G. Racero




LA ANTESALA DE LOS MUERTOS


CAPÍTULO 2


El joven Daniel, que tenía en su mente entablado semejante monólogo, seguía caminando por las concurridas calles de la ciudad. Al pronto dejó de pensar, enmudeció su pensamiento. ¿Puede dejar de funcionar el pensamiento? Más bien digamos que se distrajo el pensamiento de Daniel, cuando vio como se alzaba una bandada de pájaros de las copas de los árboles, con ese su peculiar ruido de revoloteo. El pensamiento pasó a ser como inconsciente. Miraba la belleza de las jóvenes mujeres que pasaban por su lado, y parecía que ahora no pensaba en nada, pero esto fue un momento fugaz, enseguida pensó o se le ocurrió preguntarse: ¿Se está seguro de que no piensa el árbol? Son seres vivos, ¿por qué no pueden tener una especie de pensamiento práctico, que les sirva para sus necesidades biológicas? Probablemente el pensamiento abstracto sea peculiaridad exclusiva del ser humano. Abstraído como iba, pensando en todas aquellas cosas que de siempre le obsesionaban hasta el extremo de aislarse del mundo exterior, comenzó a cruzar la alameda de vetustos y frondosos sicomoros. Una motocicleta venía a toda velocidad. Daniel nada advirtió. Cuando el motorista quiso reaccionar ya era tarde, tenía a Daniel prácticamente encima de la rueda, y no pudo evitar atropellarlo.
La gente se arremolinó en torno a Daniel, que sangrando permanecía inconsciente tendido en la calzada. Alguien llamó a una ambulancia, y pocos minutos después era ingresado en el hospital.
La mente de Daniel permanecía discurriendo a pesar de todo, de cualquier forma continuaba caminando por la calle, sin tener el pleno conocimiento del atropello sufrido. Su cuerpo estaba en el hospital, pero él se había quedado fuera, y observando el cielo advirtió que empezaba a cubrirse de espesos y negros nubarrones que amenazaban lluvia. Sintió sed y entró en un bar para tomar una cerveza. Había un par de mesas libre y se sentó a una de éstas. Sacó __________

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una agenda de bolsillo con la intención de anotar algunas de las ocurrencias que había tenido paseando, pero su mirada se poso en las hermosas piernas cruzadas de una mujer sentada enfrente de él. Era de verdad una mujer guapa, su pelo largo ligeramente rubio, le daba a su cara un atractivo singular; fumaba un cigarrillo y parecía conversar plácidamente con su acompañante. Voló de su cabeza aquello que pensaba anotar, y volvió a guardar la agenda en su bolsillo. Entraron dos individuos que se sentaron a la mesa libre que estaba a su lado. Se acercó el camarero, y a su demanda, le pidió una cerveza. Se fijó en los dos hombres que se habían sentado a la mesa junto a la suya; mantenían una conversación, y sin saber bien porqué, puso atención a lo que decían. El que parecía ser más joven de ellos, tenía un aspecto como enfermizo, enjuto y de rostro flaco, con profundas ojeras, moreno de ojos castaños; en todo su semblante se advertía como un halo de tristeza. Oyó que Este decía en aquel momento:

Este- Los seres humanos son infinitamente más poderosos que los animales, de muchos de los cuales estos se alimentan, pero si estos pudieran, tuvieran la capacidad de poder razonar, verían que para ellos el Mal son los hombres, no sólo porque se los comen, sino porque con ellos experimentan, les causan sufrimientos y enfermedades, y sólo son apreciados en cuanto al valor o producto que el hombre pueda sacar de ellos.
El que acompañaba a Este era de constitución más robusta, su cara redonda de rojos carrillos denotaba, o por lo menos a él le daba la impresión, de que era un hombre más dado a los placeres de la buena vida. Tenía el pelo rubio algo ondulado, y sus ojos azules claros parecían reflejar una burlona sonrisa, que ciertamente no se apreciaba en su boca de labios carnosos. Ese fulano se rascó la cabeza, torció la boca y se acarició con el dedo índice la nariz antes de contestar:

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Ese- Me parece que siempre tratas de complicar las cosas. La vida es como es, y es también cierto que muchos animales hubieran desaparecidos de la faz de la tierra, de no ser por el esfuerzo del hombre por recuperarlos. El ser humano no es tan sólo perverso, existen incluso muchos seres honestos.

Este- Sobre la verdad del momento, hay una gran verdad oculta, y creo que ésta se halla en el misterio del Creador, pero en la vida terrenal debe de estar justificada la lucha para tratar de combatir el Mal.

Ese- No sé nada, de verdad te lo digo, nunca he pretendido saber nada del plan de Dios. Estoy en este mundo, y considero que no conocemos bien al Mal, como para poder decir que sea una cosa determinada, y menos aún un grupo de personas o pueblo. Los otros pueden argumentar que el Mal somos nosotros. Mirándolo bajo el punto de vista de sus razonamientos educativos o convencimientos, piensan que están en posesión de la verdad.

Este- Es muy probable que tú lo pongas en duda, pero, ¡es tan imponderablemente seductora y enigmática! Reconozco mi impotencia para hacértela ver, para que puedas comprender, cualquier esfuerzo por mi parte sería vano; tú siempre la verías dentro de tu única perspectiva mental, y ya no sería la misma, no tendría nada que la relacionara con mi intimidad, sería otra cosa distinta.

Ese- A mí me sería posible confesarte mi anhelo. Estoy seguro que me comprenderías con sólo que posaras un momento tus oídos sobre mi cabeza, y abrieras tu corazón al sentimiento.

Este- Sí, sí, a veces pasa, aunque me parece que estas alegrías están siempre lejos de mí.
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Ese- Tengo una obsesión: No sé desde cuando deseo que los días me den una "Rubén", sí, una "Rubén"; yo quisiera una "Rubén" virgen, y una cama blanca para mancharla.

Este- Tal vez pudiera conseguir alguna noche. La noche tiene una peculiar belleza y me seduce. Suelo ver a veces, en la oscura noche, a una vieja de tardos pasos e imprecisos años, va envuelta en un manto negro, y cubre su rostro con un velo también negro; es una negra figura rodeada de negras sombras. Ha habido momentos en los que he pensado detenerla y pedirle que me descubra su rostro, pero siempre me he detenido en el último instante.

Ese- Nunca me ha interesado, ni jamás he tenido la curiosidad de mirar los desconchones de los muros, ni arañar la cal de las blancas paredes.

Este- Las hojas de los árboles. Siempre me pregunto por qué eres tan insensible, cuando tienes entre tus manos los pétalos marchitos de las flores.

Ese- Me gusta el verde frescor de la sangre joven y el fruto en su sazón. ¿Qué puedo hacer? Me repugnan las hojas secas, color de tabaco, que crujen bajo mis pies.

Este- Tus palabras me saben igual que el maullar de un gato, que esté lamiendo un charco de sangre en la calzada gris.

Ese- No lo puedo evitar, creo que nunca podré evitarlo. La nívea garganta de ella es incompatible con el esqueleto de un caballo.

La conversación de aquellos individuos parecía haber tomado un cariz demencial. No llegaba a comprender el significado de sus __________

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palabras, ni la clase de metáfora que pudieran usar. De cualquier manera eran estos unos extraños personajes, a los que, justo es decirlo, le fascinaba escuchar. Ellos bebían igualmente cerveza. Y Daniel tomó un largo trago de la suya. Puso atención, pues no quería perderse detalle de cuanto decían.

Este- Sueño de continuo y pienso. ¿Sabes? Es su forma irreal lo que me seduce, lo que me hace amarla más, día tras día.

Ese- ¿Por qué tratas de llegar siempre a la profundidad de los ojos? Yo prefiero quedarme entre los muslos de sedas.

Este- De cuando en cuando me pregunto: ¿Cuál será el motivo que nos hace permanecer juntos? Nos conocemos, creo, desde que tenemos uso de razón, o de sinrazón.

Ese- Sí, es verdad, pero no nos podemos separar, pues somos la duda eterna. Tenemos que caminar unidos todo el tiempo, en realidad nacimos juntos desde que se formuló la primera pregunta, y siempre estaremos unidos. Seguramente esto seguirá siendo así, hasta el día en que abandonemos este mundo.

Este- Nunca la sombra reflejada en el muro conoce a su dueño.

Ese- ¿Qué importa? Sé que las noches de luna llena tienen un influjo maligno en la sangre. La locura está siempre al acecho, agazapada en el último rincón de la subconsciencia, pero nada de esto cambia las cosas.

Este- Yo jamás he estado seguro. Todo lo pongo en duda, porque no creo que la verdad se encuentre al alcance de ningún ser humano. A pesar de todo la amo, y tengo la ilusión de asomarme alguna vez, al borde de su profunda incógnita.

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Ese- Es como vivir bebiendo el capricho de las nubes, y los tonos grises y azules de los cielos.

Este- No, quizá sea como llorar sobre las duras rocas. Tan sólo lamento el tiempo que me falta para poder horadarlas.

Ese- Creo que no te deberías limitar únicamente a mirar el vuelo de los pájaros, sino también las huellas de los pies sobre el interminable camino.

Este- ¿Para qué? Si me quedara parado en el principio, tendría de seguro a mis espaldas la evolución de todo mi amor.

Ese- Es lo mejor, lo más maravilloso que nos pueda pasar, pues que vamos irremisiblemente hacia una catástrofe, y no podemos pararla.

Este- Nunca podré llegar a pensar, que ella pretenda mi mal, cuando confusamente se pierden mis pensamientos buscándola en la noche de mis cavilaciones.

Ese- Te digo que no hablo por propia experiencia; pero sé por otros que me han dicho, que los corredores son estrechos, formando un laberinto, todo de mármol blanco, y que el frío allí es glacial. Las puertas, que son innumerables, no están guardadas por ninguna clase de centinelas, ni tan siquiera hay perros que ladren y se meen por las tersas paredes. Lo extraño es que estas puertas tampoco están cerradas con llaves, sino que se abren a la menor presión de la mano. Cuando me lo dijeron, pensé un momento en ello y me dieron náuseas. Las habitaciones están completamente vacías, tan sólo hay en ellas puertas que dan a otras habitaciones vacías, con puertas que dan a otras habitaciones, y así sucesivamente, se hielan los huesos, __________

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y uno llega a olvidarse de que existen frutos sabrosos en la fronda de los árboles.

Este- Seguramente te han hablado aquellos que tienen la boca llena de tierra. Créeme que los desprecio; yo los he visto dejarse olvidadas las pupilas en los fláccidos vientres de las prostitutas. La reputación de estas personas es verdaderamente deplorable.

Ese- Tú sueñas siempre con paisajes nevados, con cielos grises, con nubes negras, pero deberías pensar en un cielo límpido y un sol esplendoroso para poder alegrar tu alma.

Este- Creo de verdad que nada tiene verdadera importancia. Todo es lo mismo: La blanca campiña, el largo río, el desierto amarillo, el mar azul y tranquilo, la tempestad, el huracán, terremoto o maremoto, todo es igual, porque nada podemos hacer en contra o a favor de ello; las cosas son como son sin más, y a ello tenemos que adaptar nuestras vidas. Aunque siempre queda un resquicio para poder soñar en lo imposible, en el misterio que se nutre de la duda.

Ese- Sí, pero has de tener presente el alimento vital, no sólo el sueño es necesario, lo es también saberte llevar, mecerte plácidamente en el tiempo de lo sensual, el tener conocimiento de tu límite, comprender cuando termina el camino.

Este- Quizá, mas yo nunca buscaría la fuente de sonoras aguas; me quedaría en el tranquilo y claro remanso, transparente y a la vez misterioso, y jamás sería capaz de enturbiarlo con el fétido aliento, de un deseo que ha de morir allí.

Ese- No quiero que creas, que trato de adoptar una postura contraria por despecho, que tus palabras me hayan ofendido y hable para defenderme, intentando justificar mis acciones. No es eso. Tú __________

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me conoces bien y sabes que lo ignoro todo. Tan sólo puedo referirme a la morada en que habito y contar los trozos de cristales rotos, esparcidos en el límite de mi sendero.
Es verdad que a veces me he parado delante de la gran puerta, pero nunca he llamado, lo cierto es, que no he tenido curiosidad, ni tampoco me ha dado miedo, pues sé que todo será dado en el tiempo, y sé que tengo que esperar mi hora.
Amo la risa de los árboles en el viento, tras ella se esconden los besos de mi amante.
He querido comprenderte cuando te he visto golpear con desesperación, con lágrimas en los ojos, mendigando una caricia por piedad, una contestación a tu demanda, una luz a tu deseo, a esa que tanto te desprecia, y yo mismo he estado a punto de despreciarte a causa de tu conducta, pero es la verdad que me das lástima.

Este- Sé que hablas así por ignorancia, porque tu alma jamás se ha extendido en el espacio para cavilar profundamente sobre las estrellas. Todavía eres puro, como ese soplo de viento que troncha las más tiernas ramas; aún tienes limpias las manos del excremento de las horas; no has sentido las negras manecillas del reloj clavadas en el cielo de la boca. Por eso no te odio, ni te desprecio, ni te tengo compasión, pero quiero decirte que debes de andar con precaución, sobre todo a la hora del ocaso. ¿No has visto alguna vez a esos chivos que están en las esquinas, espiando los pasos de los más nobles transeúntes? Pues ellos son, los de las duras testuces, los que procuran tu mal.

Ese- Tu obsesión estriba en querer abrir de par en par las ventanas de los cielos, mas todavía no has sido inquietado por la idea de cavar, de ahondar en lo profundo de la tierra donde se encuentra el pasado, que te puede explicar mucho del futuro, y de camino observar a los gusanos que viven de toda muerte.
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Este- Te aseguro que equivocas, ya anduve, miré y pensé en todas esas cosas, y en otras muchas que tú ignoras. Mis preguntas se han hecho viejas, me estoy preguntando desde mi niñez, pero tú nunca lo has advertido, porque la sensualidad de tu sueño es siempre embriagadora.

Ese- Si puedo ser sincero contigo, te diré que has fracasado; nada has conseguido de todo aquello que te has propuesto, o que has tenido la ilusión de hacer; creo que siempre fracasarás, porque está en tu idiosincrasia no llegar nunca a la meta. Todo nuevo intento por tu parte será inútil, tus pies no encontrarán nunca el camino, ni hay cuentas suficientes en el rosario para acabar la oración.

Este- No me da apuro, ni me avergüenzo confesar que tienes razón en lo que dices de mí, yo mismo me lo he dicho mil veces, reconozco mi incapacidad para hacer algo grande, algo que valga la pena haberse esforzado, la cosa es que yo me esfuerzo, pero nada logro, me lo reconozco abiertamente y no puedo evitarlo; la duda está siempre abierta y me disloca, sin embargo mi vida es esa: Escalar siempre sin nunca poder conseguir llegar a la cumbre. Al fin. ¿Qué mal da? Sé que me ahogaré en el intento y moriré solo, pero es la verdad que la busco porque la amo, y esa será mi única satisfacción.

Ese- La amas y la buscas; eso parece razonable. En cierta ocasión me dijiste que la habías visto envuelta en un sutil vestido blanco. Te prendaste de sus ojos verdes y de su tez sonrosada. Fuiste acercarte, pero la anciana que la acompañaba la ocultó al instante entre los enormes pliegues de su negro manto. Ahora ya no sabes si fue el producto de un sueño, o tal vez una ilusión albergada en tu mente, pero que nunca fue realidad.

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Este- ¿Qué es realidad? ¿Qué es ilusión o sueño? Ella existe, si así no fuera, no me fuese posible pensar en ella. ¿Cómo puedo albergar en mi mente la idea de algo que no existe? La risa burlona en la faz arrugada de su acompañante me persigue. Y tú me reprochas el que haya llorado, rogado y golpeado en su puerta.

Ese- A la existencia de ella no le cabe más realidad, que la realidad de tu fantástica ilusión. Ella existe sólo para ti, es tu verdad única y personal. De cualquier forma, no quiero discutirte su existencia, quizá crea también yo en ella a mi modo, pero sí decirte que es vana la idea tuya de querer traspasar esa puerta, como dije antes, que no conduce sino a habitaciones vacías con otras puertas... Por otra parte, no creo que ande por la noche cobijándose en la oscuridad, tras los decrépitos muros de las viejas iglesias, sino que puede estar más bien a la luz del día, incluso asomada en las brillantes pupilas de tus enemigos. Lo cierto es que, la verdad sea dicha, a mí no me interesa lo más mínimo; no estoy enamorado. Tan sólo oigo lo que dicen los demás y saco conclusiones, o creo llegar a consecuencias que de hecho pueden ser erróneas, pero no me obsesiono ni me preocupa demasiado.

Este- Sé que es un número que oscila entre la vida y la muerte, que es diferente y único el ángulo interior de mi sueño; por eso no he entrado nunca en los templos, ni me gusta oír el canto de los fieles, cada uno de ellos, como pinceladas negras, se ha negado a sí mismo y ha terminado olvidándose de la voz primera; se han traicionados, suicidándose en masa en la nave blanca y fría, bajo la cúpula dorada. Tú estás expuesto a la perfidia, pues no hay pluralidad de puertas; hay tan sólo una, guardada por muchos y armados centinelas. Cualquiera que se acerque pretendiendo mirar al interior, para revisar, para preguntar, para poner acaso en duda la verdad aceptada por todos, es conducido por éstos centinelas de manos enguantadas, que adulan su alma, a la más escondida de las __________

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habitaciones, donde le rajan el pecho, le abren el cerebro, le sacan todas las vísceras (materia corruptible de esta vida, dicen) dejándolo hueco por dentro; dispuesto ya para formar parte del coro, que ha de entonar los más innobles cantos de alabanzas.

Ese- La diversidad forma un todo. Todo puede tener parte de la verdad. ¿En qué sitio se encuentra la verdad total y absoluta?
Eres igual que ese niño que sueña por las noches con las brujas y hadas de los cuentos, y se despierta horrorizado.

Este- El niño no suele narrar ningún cuento; sólo le gusta oírlos. El ser adulto se puede meter en el alma del niño, porque ya lo fue, y puede crear su mente, su pensamiento, fantásticas narraciones, maravillosos cuentos que hacen las delicias de los pequeños.

Ese- Nunca deja el hombre del todo de ser niño. Su infancia lo persigue hasta la muerte. Aunque algunos ignoran, o más bien han olvidado a la sombra que les acompaña desde su nacimiento, hasta que un día, algunos de nosotros, quizá los mejores dotados, la ven y reconocen en ella, si no toda, sí por lo menos una parte que corresponde al principio, a su llegada al mundo.

Este- Yo siempre lo he pensado, y siempre lo he dicho: La sombra jamás reconoce a su dueño. Es siempre el hombre el que cavila, el que analiza, el que pregunta, pero la comunicación es de cierto ardua, y la inmensa mayoría de nosotros es incapaz, porque no sabe, ni tampoco se presta a entablar un diálogo con su yo primario, con su intimidad oculta. El hombre no es casi nunca sincero consigo mismo.

Ese- Yo más bien considero que los hombres no advierten la importancia vital que tiene su descendencia, para poder saber es ineludible ahondar en el conocimiento de la procedencia, y por ello __________

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hay que estudiar las sombras del pasado remoto. La noche del tiempo oculta muchas cosas. Hay que rajar el misterio de los planetas, pues en ellos se esconde las respuestas a muchas preguntas.

Este- La capacidad no está al alcance; la impotencia es grande, aunque también lo sea la ilusión. Se dan mil vueltas y no se haya solución. El avance es lento y ya sabemos que los extremos de la misma línea, no tocaran nunca el centro de la calzada gris. Y el gato que maúlla, seguirá incansable lamiendo la sangre nueva de los recién degollados.

Ese- Lo cierto es que nada sé, y nada deseo saber. Soy consciente de mi ignorancia, pero no por eso me obsesiono, (como ya dije) ni me creo inferior, ni tengo complejo alguno. Sé que mi paso es transitorio; tan sólo un soplo de viento. Aunque lo parezca, la diferencia no es tan enorme, entre el pastor que cuida el rebaño en lo alto del monte, y el sabio que investiga encerrado en su laboratorio.

Este- Sí, cierto; pero la verdad sigue siendo, que ella continúa en la oscura dimensión de Dios. Que mi esfuerzo es infructuoso, inútil, que mi empeño es fracaso; que no puedo acercarme a ella, lo que llena y embarga mi alma de tristeza.

Ese- Tu castigo es la tortura de tu rebelión, mas debes de saber esperar el momento, todo será dado, y nada es igual para todos.

Este- Seguro que no es igual el amor de todos y cada uno de nosotros hacia ella; algunos incluso la desconocen, pero la madre quiere a todos sus hijos por igual.

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Ese- La madre es también mujer, y la mujer es amante esquiva para unos, y se entrega apasionada en los brazos de otros. Incluso hay ocasiones en que devora a sus propios hijos.

Este- Tu sueño es siempre material. Insistes en beber, en mamar hasta la saciedad el néctar, pero algún día la tierra ahogará tu sueño.

Ese- Hay muchísimos creyentes, en otras tantas religiones existentes en este mundo, pero ciertamente hay también muchas personas, que ponen en duda la existencia de Dios.

Este- Sí, lo sé, hay gente absurda; incluso hay quienes se creen inteligentes por ponerlo todo en duda, lo cual es cierto, no que sean inteligentes, sino que la duda impera. Mas lo único innegable es la existencia de Dios. Hay muchos caminos para poder encontrarlo. Creo que cada ser tiene el suyo propio para buscarlo.

Ese- Cuantas veces se ha oído decir que, si Dios existe, no debiera consentir el Mal.

Este- Es bajísima la profundidad del pensamiento del que así medita. No advierte, no se da cuenta de que el Mal no niega la verdad de Dios, sino que la confirma.

Ese- Parece como si todos camináramos con una venda en los ojos.

Este- Pero hay quien es capaz de conjurar al espíritu, de apartar el velo de lo aparente y ver la oculta realidad del sueño: La grandeza del Bien.

Ese- El número de los superdotados es altamente limitado.

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Este- Es cierto, mas la metamorfosis es la posibilidad del pensamiento, de la idea, del intento de aquellos que tratan de ahondarse en el infinito mar del alma.

Ese- Sí, aunque creo que todo tiene su lado oscuro, su obsesión y su misterio, su milagro y su fraude. Nunca te puedes fiar plenamente, los fantasmas de tu mundo te cercan y rodean, y tú no sabes preguntarle, qué es lo que pretenden de ti.

Este- La inquietud del sentimiento bondadoso, lloró en la noche primitiva. El enigma del dolor se expande en la profundidad de la duda.

Ese- La rabia, el odio, la incomprensión, la guerra y la injusticia niegan la bondad de la creación. Satán es el dios que impera en la naturaleza ciega, donde tan sólo sobrevive el fuerte, el astuto, el listo; aquel que tiende la trampa y sabe salir airoso.

Este- El Bien es siempre una oportunidad que hay que buscar, con todo el anhelo y la capacidad intelectual de la razón y el sentimiento del amor. El ser humano debe saber alzarse sobre la animalidad que lo encadena a lo puramente material; tiene que encontrarse con su espíritu para educarlo en la batalla que ha de vencer al Mal. Dios no hace nada que sea absoluto, ni nada que sea eterno. Tan sólo Él es absoluto y eterno.

Ese- El hortelano se preocupa, mima y cuida la evolución de sus frutos, para que lleguen al fin deseado, al fin del sentido de su existencia, ser alimento, vida de otros seres. Aunque aparte haya también un interés económico.

Este- La muerte es la vida. No cabe dudar que somos parte del misterio. Tenemos que esforzarnos por salir, escapar del triangulo __________

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para poder comprender. La mágica visión de lo sobrenatural nos rodea constantemente, aunque no nos demos cuenta de ello, aunque no lo advirtamos, ni seamos conscientes de su presencia.

Ese- Hay quien no tiene curiosidad, sino horror a la eterna oscuridad, al camino sin retorno, a la eliminación total, a la incomprensible desintegración de las vivencias íntimas del amor y la tristeza. ¡Es tan radical el paso a ese otro algo, tan definitivo!

Este- La fe anula la duda y espera la luz. Es el premio a la confianza en el plan divino; el sentirse parte de un todo que evoluciona. Todo tiene una trayectoria en la eterna distancia del Creador. Nuestro espacio queda cumplido con nuestra vida en la tierra, la continuación está en nuestros hijos. La vida y la muerte son eternas.

Ese- Sí, todo está bien para aquel que hizo de su pensamiento, de su idea teocrática una esperanza, un cobijo para defenderse de la desesperación de la nada, de la frialdad de la ignorancia, pero ¿qué pasa con aquellos que los domina el canguelo, que sienten pánico ante el pálido rostro indiferente de la muerte? Quizá habría que aconsejarles, que tienen que saber estar despiertos durante el día, para que no se les presenten los fantasmas en la noche y le roben el sueño; pero pienso que el miedo del alma desnuda, seguirá arrinconándolos en un oscuro agujero.

Este- Uno siempre debe procurar, tenerse presente a sí mismo. Si uno se olvida de que existe, es una falta grave, yo diría un drama inmensurable, pues uno tiene que ser siempre responsable de sus propios actos. Tan sólo es comprensible cuando, el que se olvida de sí mismo, nunca se olvida de Dios.

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Ese- No te debes zambullir en ese engañoso universo celestial divino. ¡Álzate, enfréntate a la brusca realidad del mundo, a la realidad de las lágrimas y las risas! Lucha contra los ángeles negros, lucha contra ellos a la luz del día, a la luz del sol. ¡Nunca le presentes batalla en la oscura noche! ¡No te introduzcas en su campo, ni penetres en el interior del recinto de su tenebroso castillo! Serán los dueños de tu mente y te inyectarán la obsesión de una vida fantástica, donde la angustia y el temor al pecado regirán tu conducta. Pelearás contra ellos y sucumbirás, porque eres humano y te creerás o sentirás débil e indigno del Creador. Él te formó y tú te sientes culpable de tu caída, de haber bebido el cáliz amargo del placer terrestre. Y la noche vengativa torturará tu cerebro y serás desdichado. ¡Revélate! Vuelve la punta de la lanza de tu culpabilidad con la palabra hiriente de la duda, y la pregunta que interroga y exige respuesta. Llama al juez de tu conciencia y demanda si hubo ignominia en tu acción, si tu acto fue execrable. Di, que tú eres la víctima, no el agresor. Reclama saber, expón tu derecho a comer del fruto del árbol de la "Ciencia del Bien y del Mal".

Este- Hablas como si el hombre nunca hubiese sido agresor, o como si nunca pudiera llegar a ser manchado por el pecado; como si poseyera una pureza intachable, y su inocencia fuera igual que la ingenuidad de un niño que está libre de culpa, y que el único responsable de su falta sea cosa exclusiva de su progenitor.

Ese- No, pero sí es cierto que el hombre se encuentra en un proceso de evolución. Él no es más que una parte del plan divino, pero, ¿de dónde sacamos que tenga autonomía suficiente en el juego, para poder inclinar la balanza a su favor, y ser dueño de su destino para salir victorioso en la vida, siendo parte integrante del Bien? El Mal es una verdad innegable, necesaria; y el Bien es el instrumento que lleva al sendero por donde poder escapar, a la puerta que se abre a __________

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la felicidad, al convencimiento de haber vencido y poder descansar tras la muerte, y hallar la paz. Pero seamos sinceros con nosotros mismos, ¿es esto así? ¿No nos estaremos engañando? ¿No será el Bien y el Mal tan sólo una cuestión relativa de apreciación? ¿Un querer encontrar en ello, el lugar donde descanse y se conforme nuestra duda? Creo que la duda trasciende a la muerte, y va con el espíritu a la otra vida.

Este- Pienso sinceramente que sí podemos decir que el Mal es el camino, y que el Bien es el fin. Todas las edades se acumulan y se encierran en el cerebro, se reflejan en la pantalla del recuerdo: El juego infantil, la locura juvenil, el pensamiento serio de adulto, la madura reflexión en la vejez. Los pasos por la vida te enseñan, sólo debes saber estar atento para comprender si has sucumbido a la seducción de la belleza, a la tentación del pecado, si has sido capaz de resistir al momento del odio y la maldad, al instante de la rabia; si has vencido a la envidia que corroe el alma, si has jugado con la vanidad, si has dado riendas suelta al engaño y la mentira, o si al fin te entregaste en los brazos del placer, y te olvidaste de la tolerancia comprensiva, del amor al prójimo, de saber perdonar para hallar la paz contigo mismo.

Ese- Deberías intentar comprender que el hombre es incapaz de despejar el misterio, que es vano y estéril todo esfuerzo para poder entrar en el conocimiento de Dios. No se basta la razón a sí misma, el amor no alcanza, y la ciencia se queda corta.

Este- Se trata tan sólo de no poder apagar la sed que tortura mi pensamiento. Si pudiera entrever un fin, aunque éste estuviera lejano; sentiría consuelo, conformidad, estaría dispuesto a aceptar, mas para aceptar hay que estar convencido, y yo no tengo convencimiento en nada. ¿Quién es el ser que me explica, que me sepa persuadir la veracidad de un credo? La semilla de la duda __________

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corroe mi cerebro, y no encuentro calma. Mi busca es, y será errante hasta el último aliento de mi vida. El hombre fue creado para preguntar; y yo no puedo, o no sé evadirme.

Ese- La angustia es un enemigo que crea el pensamiento. En realidad todo es eterno dentro de la renovación. Los espíritus son seres de otra dimensión, independientes y eternos; se albergan en los seres vivientes cuando éstos se gestan, a los que anima, pues esa es su misión, dentro del juego de la creación. Pienso, creo que también entre ellos existe el Bien y el Mal. Los espíritus son, pertenecen a una u otra condición; tratan de seducir a las almas de los seres para ganarlas al derecho de su razón de ser, a una de las dos fuerzas que imperan en el Todo y que impulsan el movimiento de los universos en sus diferentes dimensiones. El cuerpo educa y forma al alma, y el alma fuerza y modela al cuerpo en el tiempo de la vida. Los espíritus aprenden de la materia con la que se alía, y hace que los seres vivos se expandan y procreen por toda la inmensidad del universo viviente. Los espíritus están por encima de la materia, pero la materia es el hilo conductor por el que avanzan hacia el sueño de la perfección, así influencian y se dejan influenciar por la materia. Los espíritus avanzan en su eternidad con una acumulación de experiencias nuevas, hacia ese fin sin retorno, en la búsqueda del ideal imaginado por Dios. Aunque nada de esto tiene por qué ser así; son simples cábalas o conjeturas. El hombre puede preguntar, pero, ¿quién dice que a de obtener la verdadera respuesta?

Este- La complejidad de ella es cada vez más oscura y misteriosa, mientras más me ahondo; en tanto más profundizo, más lejana y espinosa es. Aunque me resulta incomprensible; advierto que me atrae, como la luz radiante atrae a las mariposas. Sé que es ilusorio y pretencioso por mi parte, ¡pobre de mí! Querer saber más de lo __________

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que saber pueda. En cuanto más avanzo hacia ella, más se aleja de mí.

Ese- Te repito que tiendo a creer, que el alma es la célula del espíritu que anima la materia y le da vida intelectual, que alza al ser humano, que lo levanta por encima de los otros seres, para que pueda distinguir entre el Bien y el Mal. Todo está controlado por el Creador. Tú nunca podrás cambiar un ápice del plan, ni entrar dentro del conocimiento que no te está permitido conocer. Tú espacio, nuestro espacio, está limitado por nuestra misma humanidad. El pez como pez, jamás podrá vivir fuera del agua. Aunque creo, que la capacidad de conocimiento del hombre, aún no está acabada. También pudiera ser, que no tuviera fin esta capacidad, pero desde luego, en absoluto podrá salirse fuera del espacio natural que le fue dado, a no ser que sepa cambiar de identidad, pero ya no sería lo mismo.

Este- Sé que el destino es a veces fatal. ¡Quién no cambiaría los males terrestres por las celestes virtudes, que te puedan llenar de alegría! Aunque entiendo que la inquietud del sentimiento llora muchas veces sobre la incógnita del abismo.

Ese- El Mal se extiende inexorable por el tiempo de la humanidad, igual que la hiedra se enreda por los muros de la casa. Pocos se libran, por no decir ninguno, de su tentación, prácticamente nadie está exento de su furioso ataque, o de su subrepticia seducción. El Mal tiene mil rostros; son rostros amables, hermosos, aparentemente inocentes, halagadores y compasivos, que te embaucan y te arrastran hacia la más honda negrura, al callejón sin salida de la perdición, o te llevan a la sima, a la altura donde el vértigo se apodera de ti, te confunden con los placeres del mundo, con la fuerza del poder y la fortuna. Los dos extremos de miseria y riqueza son malignos, demoníacos, y por eso te conducen hasta el abismo, te hunden __________

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en el fondo de los mil pensamientos negativos, y de las más viles acciones.

Este- Soy, o pretendo serlo, recto en mis acciones. No me aprovecho de la debilidad de mi vecino. Voy al templo a rezar mis oraciones. No me importa que los guardianes del templo se comporten mal. Cada uno tiene que llevar la carga de su pecado, pero no es eso lo malo, sino el abandonarse, entregarse sin resistencia al diario vivir en lo malsano, sin buscar un punto de apoyo, sin preguntarle al cielo y a las lejanas estrellas, la verdad de la luz.

Ese- Creo que los seres todos de la vida, son las herramientas, por así decir, de Dios, con las que trabaja para su propio conocimiento. Así pues dejémosle hacer y no nos torturemos más en tratar de descifrar el enigma de la razón última, ni querer poder contestar el porqué de las cosas. Hagamos como el árbol, que se doblega al viento huracanado, porque no está en su poder calmarlo, ni hacerlo cesar.

Este- Pienso que a los dos nos corroe la duda, porque la llevamos en nuestro interior, o somos quizá la misma duda.

Ese- Sí, tal vez sea eso lo único en lo que estemos de acuerdo, ya que ambos tenemos la convicción, de no estar convencidos de nada.
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© Rodrigo G. Racero